El secreto de Valderrama reside en atrapar y embotellar el espíritu del campo en un abrir y cerrar de ojos: en menos de una hora.
El proceso empieza saliendo al campo y recolectando la aceituna en su punto óptimo de maduración.
Inmediatamente, en sólo diez minutos, la aceituna recién cosechada se deposita en la almazara, que no por casualidad se encuentra en los olivares.
Así se evita al fruto largos desplazamientos y perjudiciales procesos de almacenaje.
Tras la limpieza en jacuzzi, para evitar que se rompa el fruto con la consiguiente pérdida de polifenoles, tienen lugar en unos minutos la molienda, el batido y la extracción del aceite en frío, siempre a una temperatura por debajo de los 19 grados.
Se trata de un proceso mecanizado. Por cada nueve kilos de aceituna se obtiene, aproximadamente, un litro de aceite sin filtrar. El primer aceite, el más puro y fresco, que pasa a un sistema de decantación natural.
Todo este proceso podría completarse en sólo tres cuartos de hora. En la bodega climatizada, el aceite reposa en una atmósfera inerte de nitrógeno para evitar la oxidación hasta el momento del embotellado, que se realiza sólo bajo pedido.
Sólo Valderrama garantiza la calidad de los compuestos hidrosolubles del aceite
Los expertos distinguen los aceites de oliva virgen extra premium de muy alta calidad en base a los valores excepcionales de sus componentes.
Entre estos componentes destacan los hidrosolubles que, aún constituyendo –como máximo- sólo el 1’5 % del volumen total, son directamente responsables de propiedades tan importantes como sabor, aroma, el alto contenido en antioxidantes y vitaminas. Los compuestos hidrosolubles son los responsables, en resumidas cuentas, de la calidad final de los aceites de oliva virgen extra premium.
Con objeto de garantizar un máximo de estos compuestos a nuestros aceites, en Valderrama pusimos en marcha hace unos años un modernísimo y sofisticado laboratorio de medición equipado con cromatógrafo de líquidos (HPLC), cromatógrafo de gases,
espectrofotómetro de luz ultravioleta y nariz electrónica, que analizan la evolución de los compuestos hidrosolubles durante el proceso de elaboración.
Un exhaustivo control de calidad -único y exclusivo- que no sólo complementa con objetividad el imprescindible trabajo de cata, sino que otorga base científica a las celebradas cualidades organolépticas, así como a las relacionadas con la salud, que caracterizan a los aceites de oliva virgen extra Valderrama.