Des de 1940 nos dedicamos a la salazón y la elaboración de la anchoa. Las elaboramos seleccionando minuciosamente la materia prima y siguiendo métodos tradicionales y un saber que se han heredado de generación en generación desde los orígenes de la salazón del pescado, con la llegada a Ampurias de los pueblos fenicio y griego los siglos VI y V a. de C.
Estas premisas y el alto nivel de exigencia en la selección y elaboración del mejor pescado, nos permiten conseguir un producto exquisito y de excepcional calidad con una textura y sabor únicos.
L’Escala es uno de los pueblos con más larga tradición marinera en Cataluña. De la villa de pescadores de principios del siglo XX ha evolucionado a una villa abierta al turismo que no olvida sus orígenes y que ha mantenido vivas en el tiempo la pesca y la elaboración de antaño.
Desde hace siglos, esta población mediterránea ha estado estrechamente vinculada a la producción de la anchoa y es un referente de denominación por este producto.
Las mujeres de L’Escala han sido desde nuestros orígenes las encargadas de esganyar las anchoas, de sazonarlas, de colocarlas cuidadosamente en los bidones, de filetearlas y de acondicionarlas una a una en su envase especial.
Este método tradicional, creado por mujeres nacidas en la villa, se ha repetido al lo largo de los años pasando de madres a hijas y se caracteriza por una gran delicadeza y un saber hacer que mantiene intacto el proceso desde la primera generación de anchoveras.
La tarea de nuestros anchoveros es fundamental para garantizar los parámetros de excelencia, textura y sabor que definen nuestra anchoa.
Siguiendo el procedimiento desarrollado por la experiencia adquirida a lo largo de los años, el maestro anchovero empieza su labor seleccionando minuciosamente el mejor pescado.
A partir de este momento, supervisa el procedimiento al que se somete cada pieza que se coloca en los bidones donde madurará de manera natural durante un mínimo de seis meses y hasta dos años. De cada pesquera, el maestro anchovero define el punto óptimo de confitado para filetear la anchoa y garantizar así la máxima calidad.
El pequeño obrador desde el cual empezamos nuestra actividad hace más de 70 años ha sido substituido por una nave moderna y equipada con la última tecnología para dar respuesta a una producción que continúa siendo artesanal y de máxima calidad pero que ha crecido notablemente en su demanda.
Las nuevas instalaciones cuentan con salas de manipulación, transformación y envasado del producto a demás de cámaras frigoríficas que conservan el pescado en condiciones óptimas. También permiten garantizar el cumplimento estricto de la totalidad de las normas sanitarias nacionales e internacionales.