Nuestra filosofía de viticultura se basa en el respeto a la identidad y personalidad de los suelos y en el uso de productos respetuosos con la tierra, reconocidos y aprobados en la cultura biológica.
A través de una profunda investigación de nuestras 183 hectáreas, de la climatología, la alimentación hídrica y el ciclo vegetativo de las viñas hemos clasificado 18 tipos de terruños distintos con los que trabajamos de forma dinámica. En ellos hay plantadas distintas variedades teniendo en cuenta sus características y adaptación con un total de 88% de Tinta del País, 8 % de Cabernet Sauvignon y 4% de Merlot y Malbec.
El estudio también ha revelado que nuestros suelos se componen principalmente de arcilla, gravas, arenas y caliza, lo que produce vinos que sobresalen por la potencia que les confiere la arcilla, mientras que las gravas y arenas les proporcionan una delicada fineza, y la caliza hace que sean caldos profundos, muy ricos en matices.