Es un pan rústico de tipo chapata, llamado de “cristal” por su corteza extremadamente fina y muy crujiente, y una miga sin apenas densidad, translúcida, casi transparente, con unos alvéolos enormes que le confieren una ligereza y textura sorprendentes. Cualidades que
sólo se consiguen gracias a una rigurosa selección de las mejores harinas y materias primas, para una elaboración en la que se ha aplicado tecnología de vanguardia en el proceso artesano.
Una masa muy hidratada y largas fermentaciones son puntos clave de este proceso.
Estas características especiales hacen de este Pan una variedad diferente e innovadora en la oferta gastronómica de los establecimientos.
El Pan de Cristal llama la atención, primero por su aspecto diferente y muy apetecible a la vista, y después, en el paladar, por su contraste de texturas y un sabor suave que potencia los matices de muchos alimentos.
Simplemente es exquisito con unas gotas de aceite de oliva virgen extra, unos granos de sal Maldon, y con algo de tomate. Y es el soporte ideal y exclusivo para ibéricos, quesos, foies, anchoas, y especialidades delicatessen que requieren una presentación y una degustación con un toque original y sorprendente. Un pan que no puede faltar en la oferta gastronómica de aperitivos y entrantes de la nueva hostelería y restauración.
Fácil y rápido acabado
El Pan de Cristal es de fácil manipulación, que no precisa descongelación previa, a lo sumo 5 minutos. El horno deberá precalentarse a 200 ºC y el tiempo de cocción no debe superar los 10 minutos con el producto congelado, o 4 minutos en caso de estar descongelado. Una vez
horneado, es recomendable abrir la pieza por la mitad con cuchillo de sierra. El corte deberá ser limpio y preciso, sin arrastrar la hoja dentada por la superficie para no dañarla o desfigurarla.