Èggo aporta las diez claves para acertar en el diseño y la elección de la cocina, que ya es la tercera mayor inversión de la familia española. En todo caso, el diseño y planificación de la cocina debe contar con el sello personal de quien la va a utilizar y disfrutar. A partir de las preferencias se puede seleccionar entre una amplia variedad de posibilidades: con sin banquetas, doble espacio, iluminación... El siguiente paso, contar con la ayuda y consejo de un experto para desarrollarlas de manera profesional.
La cocina ha alcanzado su merecido reconocimiento al quedar atrás el tiempo en que era una pieza de servicio para convertirse en una estancia donde se desarrolla parte de la vida cotidiana.
Estos son los pasos decisivos para tener una cocina diseñada a medida:
1. Tomar nota de las medidas y de los elementos fijos. Es el primer paso para conocer con precisión el espacio disponible. También hay que considerar los elementos fijos o que no deseen moverse, como las salidas de humos o la toma de agua porque marcarán las opciones de planificación de la cocina. Otros elementos básicos a tener en cuenta son las puertas y los accesos a otras habitaciones o terraza, además de
las ventanas. Por último, hay que prestar atención a temas legales como los sistemas de evacuación de gases o salida de la caldera, que no deben taparse en ningún caso.
2. Las paredes también marcan estilo. Las últimas tendencias para su decoración incorporan el papel pintado siempre que sea vinílico, la
pintura lavable o los azulejos hidráulicos. La pintura es hoy la mejor opción porque permitirá en el futuro hacer cambios rápidos si se quiere dar un “nuevo aire” a la cocina sin necesidad de grandes inversiones, puesto que los diseños de la cocina actual perduran más en el tiempo
que los elementos de pared. Èggo recomienda pintar en vez de alicatar las paredes que quedan fuera de las zonas de trabajo (lavado y cocción), revistiendo estas con paneles decorativos, por ejemplo, de cristal o de material de encimera.
3. El suelo, práctico pero con gancho. Optar por lo práctico es básico en este terreno, pero sin renunciar a la estética. El de tipo porcelánico debe ser del mayor tamaño posible para evitar que anide la suciedad en las juntas, otra tendencia es el laminado imitando madera.
4. Organización en triángulo. La cocina cuenta con tres zonas de trabajo diferenciadas: cocción, lavado y almacenaje. La ubicación de la de
cocción, pese al aumento en el uso de campanas extractoras de recirculación, sigue marcada por la salida de humos que indica dónde colocar la campana extractora y debajo de ella la placa. En esta zona también irán el horno y el microondas. La zona de lavado y preparación de alimentos precisa de desagües y toma de agua para conectar el grifo, fregadero y el lavavajillas. En la de almacenaje estarán el frigorífico, despensas, columnas y armarios. Tener claras las prioridades es importante para optar por el tipo de estructura más conveniente. Èggo ofrece diferentes alturas de muebles, de zócalos, de armarios o de encimeras. Por ejemplo, un lavavajillas en altura, dentro de una columna cerca de la zona del fregadero, permitirá meter dentro los platos, cubiertos o los vasos sin necesidad de agacharse ni realizar desplazamientos inútiles.
5. Adaptar la distribución al espacio. Cada cocina es diferente por sus dimensiones y su forma y estos datos son esenciales para definir su diseño. En el caso de cocinas alargadas con menos de 2 metros de ancho se recomienda la distribución tradicional en línea. Para cocinas alargadas y anchas es preferible el montaje en paralelo. La distribución en “L” permite dotar de gran espacio de almacenaje, zonas amplias de trabajo, sin elementos que impidan la circulación y reservar un área para comer. Si la planta es cuadrada es mejor una distribución en “U” en la que se puede incluir una península. Finalmente, la isla, tan de moda en los últimos años, requiere disponer como mínimo de 15 m2, y se ha de considerar un espacio de, al menos, 0,90 cm alrededor para que la circulación y la apertura de los armarios y electrodomésticos no encuentre obstáculos. En los casos de cocinas abiertas a otras estancias de la casa es, sin duda, la opción idónea.
6. Apostar por muebles a la medida y ensamblados en fábrica. Esta es la opción de mayor calidad y durabilidad ya que el ensamblaje, con el
encolado y prensado en fábrica aporta una robustez imposible de lograr con muebles en kit. Los muebles ensamblados en fábrica proporcionan acabados y ángulos homogéneos, lo que garantizará el correcto funcionamiento durante muchos años. Lo mismo sucede con los accesorios, guías de cajones y gavetas, las bisagras de las puertas o los herrajes de los abatibles, que han de montarse en fábrica y con la maquinaria adecuada, y nunca por los montadores en la casa de los clientes, para garantizar que seguirán haciendo su función como el primer día.
7. Electrodomésticos según las necesidades. Siempre hay que considerarlos puesto que forman parte del presupuesto y son una partida importante. Es fundamental valorar las necesidades reales del usuario para elegir el frigorífico que responda a los requisitos de capacidad y a las costumbres de compra de la familia. De igual forma, las costumbres y técnicas preferidas a la hora de cocinar definirán el tipo de horno o encimera de cocción. En el caso de la campana, lo mejor es elegir un modelo que garantice una correcta absorción y un bajo nivel sonoro, puntos imprescindibles en el caso de una cocina integrada en el salón. Por este motivo, èggo incorpora en todos sus proyectos y presupuestos los electrodomésticos ofreciendo una extensa gama en prestaciones y diferentes calidades.
8. Encimera, tan resistente como bella. Cumple una doble función. Por un lado, es uno de los elementos decorativos que más llaman la atención y
marcan el acabado de la cocina; por otro, al ser un elemento de trabajo en el que se desarrollan múltiples tareas, ha de ser resistente. Hoy los materiales más indicados son los porcelánicos, que aguantan altísimas temperaturas y son inmunes al rayado. Otra opción son las encimeras de cuarzo compacto que también son muy resistentes y fáciles de limpiar, aunque no tan resistentes al calor. El granito va perdiendo adeptos y solo el granito negro goza de las preferencias del público. Una opción más económica son las encimeras laminadas o estratificadas. A la hora de los acabados y si el material lo permite, son preferibles con acabados en canto redondeado. Las que lo tienen liso son más delicadas aunque de aspecto más moderno.
9. Grifos y fregaderos, que su diseño no reste utilidad. Hay piezas decorativas casi de colección, si bien en estos elementos debe imponerse lo práctico. Se debe considerar la posibilidad de elegir un grifo extraíble o de “ducha”, que hoy están al alcance de todos los bolsillos, y es de gran ayuda para limpiar piezas de menaje grandes, llenar el cubo de la fregona… Respecto al fregadero dependerá en gran medida del espacio y del mueble en el que va instalado, si es pequeño, lo mejor es elegirlo de un solo seno. Cuando el espacio lo permita, lo ideal es optar por un fregadero de la máxima capacidad que permita el mueble, en el que sea posible introducir las bandejas del horno o bien un modelo de dos senos. Un aspecto básico a la hora de elegir el fregadero es su facilidad de limpieza, por lo que es preferible inclinarse por los de líneas rectas, sin ornamentos en el exterior, mientras que el interior debe mantener una curva con un radio 15 para combinar diseño y practicidad.
10. Iluminación adecuada a cada momento. Se ha de buscar el equilibrio entre la máxima funcionalidad y la creación de un ambiente acogedor, asegurándose de que las zonas de trabajo quedan bien iluminadas. Hoy, la opción dominante es la iluminación led por ser la más económica y porque no aporta temperatura. Se puede instalar cerca de cualquier elemento e incluso dentro o debajo de los muebles sin que sufran daño. Los sistemas de iluminación led de èggo permiten crear, mediante reguladores a distancia, distintos ambientes según la necesidad y el momento.